lunes, 29 de octubre de 2012

Que tu motor sea tu corazón

Escuchaba hace unos minutos que el mundo era movido por el dinero y me daba por pensar si acaso el amor no era un sentimiento más poderoso para ser motor de todo. Por desgracia, si miras la realidad lejana pero existente, la que día a día nos visita en nuestras casas aunque sea a través de un televisor, te acabas dando cuenta de lo que realmente mueve el mundo es el amor por el dinero. Qué absurdo. Pero sí, el ser humano puede llegar a querer con toda su alma unos billetes y aún mejor si son unos cheques con muchos ceros, es capaz de centrarse tantísimo en ellos y olvidar todo lo demás.

Hoy, te invito a que no te dejes mover al ritmo de este planeta, a que pongas la mano en tu pecho, a que sientas los latidos que te hacen semejante a casi toda criatura viva, que inhales bien fuerte aire, el mismo aire que expulsa aquel chaval a quien miras no todo lo bien que podrías y que te dejes llevar por el sentido de hermandad con lo circundante, con el sentido de pertenencia a la raza viva.

Podemos cambiar las cosas.

Que tu ritmo, el latir

No hay comentarios:

Publicar un comentario