En época de pasodobles, cuplés y popurrís; no puedo dejar de mirar atrás, al camino andado en estas arenas finas y húmedas, y dar gracias a este rinconcito de color plata que se hace oro al atardecer, a este trocito de tierra que me ha acogido entre los suyos.
Hoy, lejos de chovinismos caleteros, gadiloquios y otras especies; porque el verdadero regalo de esta tierra es sus gentes.
Gentes alegres, vivas, simpáticas, trabajadoras, luchadoras, soñadoras... que han conseguido, como sin esfuerzo, que uno se sienta en su casa, en su familia.
Gentes que acogen sin juicios ni prejucios. Gentes con canas, gentes maduras, gentes que apuntan madurez, gentes que comienzan a vislumbrar el camino, gentes que andan agarrados al borde de la mesa... pero gentes verdaderas y buenas.
Que el buen levante se lleve nuestros miedos y tristezas por delante para seguir disfrutando y caminando mirando siempre pa´lante.
Gracias por lo que aun nos queda por vivir, por lo que todavía vamos a construir juntos.
Mi pequeño corazón no se violenta; como en un buen popurrí, caben califas, boquerones, gaditas,... seguid agrandando mi corazón.
... y al que no diga olé...
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